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Aristóteles |
MUCHO SE
HA HABLADO, bien y mal, sobre la poética de Aristóteles por ser, sin lugar a
dudas, el primer libro escrito sobre la creación literaria.
Pero
veamos someramente de qué se trata. El título original en griego clásico
significa literalmente "Sobre la poética". Pero ¿qué es entonces
poética? Se sabe de la existencia del verbo griego poieo que significa hacer, construir, crear artísticamente. Sobre
este término el Dr. José Ramón Alcántara Mejía, (2002) en su libro Teatralidad y cultura: hacia una est/ética
de la representación. Universidad Iberoamericana. México, expresa:
La palabra poiesis, o 'poética’ se
relaciona comúnmente con la actividad de escribir versos, ya sean rimados o
libres. Esta interpretación viene del hecho de que la primera poética conocida
en el occidente renacentista fue el Arte poética de Horacio, obra que
efectivamente trata de cómo componer poemas, entendiendo por ello formas
versificadas que aluden al origen musical de la poesía lírica. Sin embargo, el
sentido y uso original de la palabra poiesis entre los griegos era simplemente el de
'componer, construir o dar forma con un propósito'. A aquello a lo que se le
‘da forma’, es decir, el fin o propósito del acto poiético no es la cosa en sí
sino el ser de la cosa, y de ahí la diferencia del concepto de mímesis o
imitación entre Platón y Aristóteles.
De lo
visto anteriormente podemos entender, entonces, que cuando Aristóteles llamó a
esta obra Perí poitikís estaría indicando que se refería a asuntos relacionados
con la poiesis, es decir, con lo que tiene que ver con la creación literaria y
especialmente con el arte dramático. La denominación de poética le viene,
seguramente, como apunta el Dr. Alcántara Mejía, con la similitud que pretendió
dársele por sus intérpretes renacentistas al compararla con la obra de Quinto
Horacio Flaco, nacido en el año 65
a .C., y autor de la famosa obra preceptiva para la
creación poética. Pero no resulta difícil comprobar que ambos tratados son
diferentes en su contenido.
Apenas
comenzando el libro el filósofo hace diferenciaciones entre las bellas artes:
la Pintura que se vale del color; la Música, del sonido; la Escultura, de la
forma; y la Literatura que utiliza la palabra. Y sobre esto último abunda en
conceptos acerca del hecho literario: los grados, las formas, los géneros y los
estilos de la literatura. Además Aristóteles establece una clara diferenciación
entre lo que es el arte y lo que es la ciencia.
Se sabe
que en la época a que nos referimos el verso era utilizado en casi todos los
escritos, ya fueran estos literarios o científicos. Igual los griegos de
entonces podían escribir en verso un poema que un tratado de biología, lo que
dio como resultante que se les llamara poeta tanto al que escribía poemas como
al que escribía tratados científicos. En la aplicación de este término también
interviene Aristóteles en su poética y nos aclara:
En efecto, también a los que exponen en
verso algún tema de medicina o física suelen llamarlos poetas. Pero nada en
común hay entre Homero y Empédocles excepto el verso. Por eso al uno es justo
llamarlo poeta, pero al otro naturalista más que poeta [ ...
] De
esto resulta claro que el poeta debe ser artífice de fábulas más que de versos, ya
que es poeta por la imitación, e imita las acciones".
(En la anterior
cita se aprecia la utilización del concepto de mimesis tal como se le ha
traducido, pero no aceptado como se verá más adelante. Para nosotros sería:
"ya que es poeta por la ‘mímesis’ y representa las acciones")
A
partir de esto queda claro, si atendemos a Aristóteles, que el término poeta solo
debe ser aplicado a aquel que escribe literatura y que aunque un médico escriba
sus tratados en versos no es, de ninguna manera, material literario, y que el
poeta debe ser "artífice de fábulas más que de versos". Esto último
supone que no necesariamente la obra literaria, la poiesis, debe atenerse al
convencionalismo del verso. Puede ser en prosa que establezca un discurso
diferente al habla común y cuyo principal ingrediente sea una fábula bien
elaborada.
También
Aristóteles aclara lo relativo a la historia apartándola del hecho literario:
"... No corresponde al poeta decir
lo que ha sucedido, sino lo que podría suceder, esto es, lo posible según la
verosimilitud o la necesidad. En efecto, el historiador y el poeta no se
diferencian por decir las cosas en verso o en prosa [ ... ] la diferencia está en que uno dice lo que ha sucedido, y el otro, lo que
podría suceder".
Se debe
aclarar aquí lo que es una historia real y lo que es una historia literaria,
una fábula Lo primero suponemos que aconteció, lo segundo que podría acontecer.
Lo primero está sujeto a una verdad; lo segundo, no; pero sin embargo, aunque
sea una fábula literaria debe tener verosimilitud, es decir, debe ser
coherente, debe tener una exposición, un nudo y un desenlace.
Ahora
bien, el término sobre el cual parece girar la poética al referirse al hecho
teatral o al acontecimiento dramático es el concepto de "mimesis",
una expresión que parece ser la que ha generado la mayor confusión de quienes
han estudiado el texto aristotélico.
Desde
mucho antes se ha traducido la palabra mímesis como sinónimo de
"imitación". Esta expresión figura desde las primeras líneas cuando
el autor define las diversas artes de acuerdo a los medios que se utilizan para
su "imitación" concluyendo que la Literatura utiliza la palabra,
esencialmente el verso, el ritmo y el canto.
Dice
Aristóteles: "Hay todavía entre
estas artes una tercera diferencia que es el modo en que uno podría imitar cada
una de estas cosas. En efecto, con los mismos medios es posible imitar las
mismas cosas unas veces narrándolas (ya convirtiéndose hasta cierto punto en
otro, como hace Homero, ya como uno mismo y sin cambiar), o bien presentando a
los imitados como operantes y actuantes".
Expone
claramente el filósofo las dos maneras de "imitación": la narración y
la representación, o sea, lo que se viene entendiendo como la épica y el
teatro.
Hasta
este momento hemos venido aceptando el término mímesis puramente como
"imitación" solo para dar una idea apropiada de lo que a la luz de
los nuevos estudiosos de la Poética de Aristóteles está mal entendido y en
consecuencia es lo que ha generado el distanciamiento de la crítica de este
importante texto, llegándose incluso a restarle los méritos que
indiscutiblemente tiene.
La obra
que como ya apuntamos fue editada en el año 70 a .C. tuvo su mayor
divulgación a principios del siglo XVI, en los momentos, precisamente, cuando
la figura de Aristóteles sufría los mayores ataques de los humanistas del
Renacimiento. (En esos momentos Galileo Galilei acababa de demostrar que la
afirmación de Aristóteles de que la velocidad con la que cae un cuerpo es
proporcional a su peso era errónea, y que lo correcto es que la velocidad
depende de la resistencia al aire que presente el cuerpo).
Así, pues
es fácil intuir que no solamente le fue negado el valor intelectual de la obra,
sino que además su interpretación pudo no haber sido hecha con la atención
merecida. La Poética se vio tal vez solo como una obra preceptiva para escribir
teatro a la par de la de Horacio para la poesía. Hoy día podemos notar
tendencias literarias que hablan del "antimimetismo" para referirse a
la poética como un tratado del cual hay que alejarse, pues es un mero precepto,
una serie de reglas basadas en la imitación. Pensadores de los últimos tiempos
demuestran que esto no es verdad, de ninguna manera, y que por el contrario la
Poética adquiere un valor singular para hacer e interpretar el teatro como un
verdadero acontecimiento social.
¿Por
qué habríamos de entender en este caso mímesis como imitación? Cuando el
filósofo define las artes, y emplea el término "mímesis" se escapa de
la lógica que esté empleando la palabra en su acepción de imitar. Cuando el
pintor pinta no imita, sino que representa; cuando el músico produce sus
sonidos no imita, ni cuando lo hace el escultor y el literato. Representan.
Debemos
entonces dejar abierta la posibilidad de que Aristóteles no se refería a
imitar, sino a "representar" que al fin de cuentas es lo que
apreciamos en el teatro: la representación de acciones humanas.
Si nos
paseamos por el génesis de la Poética encontraremos que el maestro de
Aristóteles, Platón, no vio nunca con buenos ojos las representaciones
teatrales, y tenía como su verdad que estas no hacían otra cosa que despertar las
pasiones humanas y distanciar al hombre de la verdad.
Platón
sostenía que el arte está alejado dos veces de la realidad y eso se entiende
porque para él la realidad no era la naturaleza sino el mundo de las ideas. De
este criterio se escapa su Aristóteles quien trata de encontrar la realidad
desde otro ángulo y propugna que la única realidad es la naturaleza.
Ahora
bien, si para Aristóteles la realidad es lo que existe, lo que nos rodea,
entonces ¿cómo la imitamos? ¿cómo introducir una nueva realidad? De tal manera,
pues, solo podríamos representarla. Así que para Aristóteles el teatro no
podría, de ninguna manera, ser una imitación, no podría ser literatura, sino
acción, representación de esa única realidad existente que es la naturaleza.
Y es
eso lo que deberíamos ver en su Poética, no una serie de normas, mandatos y
reglas rigurosas a las cuales someterse para hacer teatro, sino un bagaje de
reflexiones filosóficas sobre la creación dramática.
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