
Robinson en
la casa de Asterión, producción de la Compañía
Regional de Portuguesa, reivindica a Simón Rodríguez y lo exalta como lo que
fue: gran pensador, revolucionario que desafió a toda la naciente sociedad
latinoamericana al desarrollar y poner en práctica, arriesgando hasta su
vida misma, por su original concepción- bajo la influencia de Jean Jacques
Rousseau- lo que deseaba: educar a las nuevas naciones liberadas del
yugo español por la espada de Bolívar y sus generales. Educación para derrumbar
la herencia colonial y formar auténticos ciudadanos republicanos como seres del
conocimiento y expertos en diversos oficios.
Jurado Zabala ficciona y combina al mitológico
Asterión, según el cuento de Jorge Luis Borges, con las peripecias del
brillante intelectual (Caracas, 28 de octubre de 1769/Amotape, Perú,28 de febrero de 1854), e invita al espectador a
revisar sus conocimientos sobre quien “enseñaba divirtiendo”.
El espectáculo, creado en Guanare, se desarrolla
en un espacio vacío y sobre un piso que reproduce, con líneas blancas, al
laberinto del minotauro de Creta, donde irrumpe Robinson para enfrentarse con
el Asterión (hombre con cabeza de toro), momentos antes de morir y
drenar sus fracasos y las culpas de quienes a lo largo de su vida
tuvieron que ver con la ruina de los mismos, con el mariscal Sucre a la
cabeza.
Gracias a la concepción
minimalista del montaje y la desenfada actuación de Aníbal y
Wilfredo, lo vemos desafiar a quienes
lo acusaron de ladrón, de hereje, de promiscuo, cuando su objetivo era
educar y crear hombres libres para formar verdaderas Repúblicas en la América
española. Al final se da cuenta que su salvación está en sus escritos que leyó
tantas veces y que nadie supo comprender. Logra demostrar una vez más que, el
hombre es grande y trasciende en la historia y el tiempo por sus pensamientos y
sus saberes.
La saga y el legado de Simón Rodríguez o Samuel
Robinson no se perdieron en los largos y angustiosos 200 años de historia de
esta República. Es una referencia obligatoria en todo lo referente a la
educación de la sociedad y es por eso que en
Caracas, hacia octubre de 1971, se fundó la Universidad Nacional Experimental
Simón Rodríguez y en más reciente fecha se creó la Misión Robinson,
un programa social del gobierno nacional durante la presidencia del comandante
Hugo Chávez.
¡Creemos que hay Simón
Rodríguez o Samuel Robinson para muchas décadas más!
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